Siempre nos dicen que el que siembra recoge pero no siempre sale bien. Unas veces lo conseguimos y otras no. Pero lo mas importante es intentarlo una y otra vez. Y ahí estoy yo con mis semillas aprendiendo a sembrar y aprendiendo a recoger, parecía fácil pero resultó un poco confuso saber si las zanahorias y las patatas estaban listas porque no se les enciende un piloto de color verde para avisar. También tuvimos que intentar convencer a los pájaros de que las fresas eran para nosotros y no lo conseguimos, se las comieron ellos.
Pero al final de tanto esfuerzo conseguimos nuestra minicosecha y estamos muy orgullosos de ella. Es un poco minimalista y las zanahorias son de un tamaño diminuto pero el placer es infinito porque empezaron siendo unas simple semillas (excepto la patata que eran patatas viejas lo que sembramos) y las vimos crecer y sufrir unos vientos muy fuertes y un verano muy frio pero ahí están contra todo pronóstico.
El año que viene lo haremos mejor, aprendemos de nuestros errores.
Pero al final de tanto esfuerzo conseguimos nuestra minicosecha y estamos muy orgullosos de ella. Es un poco minimalista y las zanahorias son de un tamaño diminuto pero el placer es infinito porque empezaron siendo unas simple semillas (excepto la patata que eran patatas viejas lo que sembramos) y las vimos crecer y sufrir unos vientos muy fuertes y un verano muy frio pero ahí están contra todo pronóstico.
El año que viene lo haremos mejor, aprendemos de nuestros errores.